A lo largo de los días anteriores te venimos hablando sobre algunos de los elementos más importantes que todo escritor (nuevo o con experiencia) debe tener en cuenta a la hora de escribir una novela.
De esta forma, ya te hemos hablado sobre los tipos de personajes y la caracterización de los mismos en la novela.
Pero no hay duda que antes de hablar de los propios personajes, la estructura en que se debe dividir la acción es aún más importante.
Sobre todo si tenemos en cuenta que se trata de la serie de sucesos que se desarrollan a lo largo del relato (es decir, en la práctica totalidad de la novela).
¿Cómo es la estructura de una novela?
Fundamentalmente distinguimos tres elementos principales en los que se divide su estructura:
- Planteamiento o exposición: es la parte inicial de la novela. En ella se produce un planteamiento primario de la situación. Podemos denominarlo como un prólogo narrativo en el que el escritor o la escritora presenta tanto a los personajes como al marco escénico en el que se desarrolla la trama.
- Nudo o crisis: es la etapa en la que se alcanza un momento crucial, suponiendo el desarrollo de la acción hasta que se alcanza el punto en el que culmina toda la narración. Un escritor o escritora con experiencia puede desarrollar diferentes nudos de la trama a lo largo del desarrollo de la acción, aunque es fundamental que siempre quede claro cuál es en realidad el punto culminante (con ello evitaremos confundir al lector).
- Desenlace o conclusión de la acción: en esta etapa de la novela se alcanza la solución del conflicto. Generalmente supone un alcance estable del equilibrio, y se presentan cuáles han sido las consecuencias de la acción.
Como veréis tanto la novela como otro tipo de géneros, suelen tener la misma estructura, salvo en algunos casos.
Ahora bien, ¿tenéis alguna duda respecto a la estructura? Déjanos tus opiniones e impresiones en los comentarios, estamos deseando leerte 🙂
Y no lo olvides, compartir es sonreír 😉
